2 jul 2012


 Junio te enseña el camino para un rato. Pero te devuelve. Y te separa. Y el agua se hace dulce mientras las agujas del reloj te mecen al compás de los kilómetros de vuelta. 
Y el viento se reduce tanto que ya ni lo notas. El calor te abruma. Te cansa. Te agota. Te abrasa. 
Así es Junio.
Junio te trae la mayoría en un baño sin toalla y te trae un Agosto improvisado entre arena y sal antes de volver a dormir de la mano de un despertador.
“Vuela, vuela, vuela… “ dice Rubén Pozo. Vuela. Sí. Lo que vuela es el tiempo. Y yo con él. Y tú conmigo.
Junio acaba. Y en Julio… En Julio Dios dirá.



2 comentarios:

Edu Vacas dijo...

El color de tus uñas habrá cambiado infinidad de veces, pero el de tus ojos no puede.
Desde hace un año sin conocerte a llevarte un año conociéndote.

Alicia García dijo...

Y los muchísimos que nos quedan. Te quiero.