Junio te enseña el
camino para un rato. Pero te devuelve. Y te separa. Y el agua se hace dulce
mientras las agujas del reloj te mecen al compás de los kilómetros de vuelta.
Y
el viento se reduce tanto que ya ni lo notas. El calor te abruma. Te cansa. Te
agota. Te abrasa.
Así es Junio.
Junio te trae la mayoría en un baño sin toalla y te trae un
Agosto improvisado entre arena y sal antes de volver a dormir de la mano de un
despertador.
“Vuela, vuela, vuela… “ dice Rubén Pozo. Vuela. Sí. Lo que vuela es
el tiempo. Y yo con él. Y tú conmigo.
Junio acaba. Y en Julio… En Julio Dios dirá.
2 comentarios:
El color de tus uñas habrá cambiado infinidad de veces, pero el de tus ojos no puede.
Desde hace un año sin conocerte a llevarte un año conociéndote.
Y los muchísimos que nos quedan. Te quiero.
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