26 mar 2013

Cuando más cerca estuvimos.


Las estrellas bailaban en tus ojos y 
el cielo de tus manos se rompía en lluvia en mi cintura.

Sonaba nada y 
a la voz de tu conciencia la callaba el corazón.

Por eso decías que era el día que más claro lo habías tenido,
por eso decías que le echabas un pulso al temor. 
Porque, cada vez que coincidías conmigo,
se te nublaba la razón.

Tú ya sabes que yo soy más de rotos que de descosidos,
por eso nunca te rompí el pantalón.
Tú sabes que estoy aquí incluso aunque no te entienda,
incluso aunque te pida que no vuelvas,
incluso aunque te haya dicho adiós.

Yo sé que te morirás de ganas,
que vendrás conmigo cuando estés desencontrado.
Que te encontrarás mis brazos que te sacian. 

Y yo te diré que me prepares un café, 
que ya te preparo yo la magia.

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